Aunque no se sabe con certeza, el actual nombre de Leiva parece
proceder, tras diversas modificaciones, de la antigua ciudad de Oliva,
habitada por los berones. Posteriormente este nombre fue latinizado y
se convirti en Libia. En la poca mozárabe, la denominación ya era muy
similar a la actual: Leyba.
La ciudad primitiva estaba edificada sobre un cerro a la derecha del río Tirón, denominado El Piquillo, en la actualidad se encuentra en el término municipal de Herramélluri, a dos kilmetros del actual emplazamiento de Leiva.
No se tienen datos concretos para señalar la época en que Oliva fue conquistada por los romanos; tampoco se sabe cuando éstos latinizaron el nombre de la ciudad y comenzaron a llamarla Libia. Únicamente se puede conjeturar su historia a través de la España Romana, que comprende desde el año 218 a.C. hasta el 414 d.C.
La calzada romana
De este tipo de construcciones viarias como la calzada se derivaron
otros caminos, de los que varios llegaban a Cesar Augusta, hoy
Zaragoza. Una de ellas llegaba a Alfaro (Gracurris), siguiendo por
Calahorra (Calagurris), hasta Varea, Tricio y Leiva. Esta ruta se unía
con otra procedente de Roncesvalles y Pamplona a la altura de Varea,
que fue la que constituyé el camino de Santiago, que se empleara muchos
siglos después como vía de peregrinación y de cultura.
No se sabe con certeza la fecha en que Libia fue destruida con la caida del Imperio Romano
Tras muchos años de guerras y escaramuzas entre cristianos y
musulmanes, Leiva pasó a poder de los reyes cristianos en el año 923,
cuando el rey Don García de Náxera y Navarra con la ayuda del rey
Ordoño II de León reconquistó nuestra zona. Más tarde el Conde de
Castilla Fernán González, dependiente de León, donó al monasterio de
San Millán de la Cogolla algunos territorios, entre ellos Leiva, Grañón
y Ochánduri.
Castillo de Leiva
Uno de los castillos feudales de la Edad Media es el de Leiva. Se alza
sobre una pequeña elevación del terreno, en la parte suroeste del
municipio. Su arquitectura es de finales del siglo XIV y principios del
XV, y su estilo es gótico.
Hasta el siglo XVI no se tiene constancia de sucesos de renombre en la
villa; únicamente se sabe que en ella residieron nobles y militares con
cierta importancia, como Antonio de Leiva, héroe de la batalla de Pavía
(Italia) del siglo XVI. En 1558, el rey Felipe II vendió los derechos
civiles y criminales de la villas de Leiva y Baños de Rioja a Juan de
Leiva.
Desde entonces y hasta el siglo XIX en que se abolieron los seoros en
Espaa, la villa de Leiva fue propiedad de los Condes de Baños. Los
condes de Baños tuvieron un régimen de arrendamientos diferente con
Leiva; mantuvieron un censo enfitutico con el Concejo, es decir
perpetuo y hereditario.