Mari Pe Chavarri nos pasa el pregón que leyó el día del chupinazo en las fiestas de Gracias 2007.
¡Hola, buenas tardes, Leiva!
Bienvenidos a este acto preludio de nuestras fiestas de “Acción de Gracias”.
Procuraré ser breve, pues creo que lo importante, aquí y ahora, es iniciar cuanto antes los actos lúdicos y festivos del programa que el Ayuntamiento y la Asociación Cultural han realizado con el sincero deseo de hacernos partícipes del mismo.
Gracias a la Corporación Municipal por invitarme a hacer este año de pregonera, un cometido que me llena de orgullo y emoción.
He de deciros que en mi agradecida aceptación a la invitación estuvo presente uno de los aspectos más importantes de la historia de Leiva: su enclave dentro del Camino de Santiago, así lo testimonian la Calzada Romana, uno de los trayectos que siguió el Camino, y el nombre de nuestra Patrona: la Virgen Peregrina.
No por eso me he olvidado de los monumentos que reflejan el esplendor de nuestro pueblo: el Castillo medieval, el cual esperamos ver lucir sus muros como se merece y la iglesia parroquial Nuestra Señora de la Purificación.
Las Peregrinaciones a Santiago de Compostela, eran expresión de religiosidad, a la vez que un vehículo de conexión y conocimiento entre las gentes y los pueblos de Europa. En el Camino, los hombres, mujeres, viejos , jóvenes, ricos y pobres hablaban entre ellos y la disparidad de lenguas y dialectos no les impedían intercambiar impresiones, ideas y conocer nuevas costumbres.
El Camino era también expresión de hospitalidad. El lento y largo andar de los peregrinos trajo consigo la aparición de centros de acogimiento: hospitales, tabernas, hospederías, etc...Aparecieron nuevos barrios y aldeas donde fueron creando nuevas formas de vida.
Han pasado los años y estos valores de los peregrinos de la Edad Media: su hospitalidad y capacidad de comprensión han permanecido en los olivenses, contribuyendo al bienestar y progreso de nuestro pueblo: Leiva.
Y ya es momento de hacer una parada en el Camino, es el momento de la alegría, y como dijo el viejo profesor “colocaos”. Bailad, cantad, reíd. Romped por unos días la monotonía de todo el año, de tal forma que esta alegría no tenga más límite que el del respeto a lo demás.
A todos: habitantes, veraneantes de siempre y de ahora. Peregrinos de la vida os deseo de verdad
¡FELICES FIESTAS!