Los tres días del fin de semana se superó el anterior récord de calor que estaba en 30,9 del 27 de mayo. El viernes se llegó a 31,4 grados, el sábado a 33,7 y el domingo a 34. El sábado la media del día fue la más alta con 24,4 grados incluida la noche. Aunque eso no fue obstáculo para que una cuadrilla de rumanos echasen el domingo un par de partidos de fútbol a las 14 y 17 horas a pleno sol. Por cierto, los rumanos han sustituido a los ecuatorianos en la utilización del campo de fútbol. Los autóctonos seguimos a la sombra.
Menos mal que estaba la piscina abierta y la gente se pudo remojar. Destacar que los responsables del bar estuvieron a la altura, aguantaron perfectamente el primer aluvión de la peña y suministraron el género correctamente.
Por otra parte, las famosas setas que dan sombra las van a poner más altas (alguno se dejó el año pasado la cornamenta) y han resembrado una parte de la hierba, la más cercana a la pileta y que ha crecido tupida; por la otra sólo pueden andar descalzos los fakires de la India.
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