Ese es el titular de Deia y Diario de Noticias en una crónica que firma César Ortuzar.
Aspe ha decidido apartar a Mikel Goñi de las programaciones hasta nuevo aviso, aunque no lo oficializará. Es la respuesta de la promotora eibarresa a la "lamentable imagen" ofrecida por el delantero de Oronoz-Mugaire el pasado 21 de octubre en su eliminatoria de octavos de final de la jaula frente a Oinatz Bengoetxea en Eibar. Según ha podido saber este periódico, la decisión adoptada no se trata de un castigo, sino de un toque de atención, un serio aviso para que Mikel Goñi reaccione y se "ponga las pilas" cuanto antes "porque así no puede seguir". Fuentes consultadas por este periódico aseguraron que "se había acomodado. Estaba muy crecido y no puede ser. Tiene que poner los pies en el suelo y darse cuenta de que tiene que mejorar. Debe cuidarse más. Se puede jugar bien o mal, pero lo del partido contra Oinatz no puede volver a repetirse".
¿La lesión que no fue?
Además de la superioridad de Bengoetxea sobre Mikel Goñi, "que no estaba preparado para este tipo de partidos", en la retina de la empresa quedó marcada a fuego la supuesta contractura que padeció el baztandarra con el 11-4 favorable al delantero de Leitza. En vestuarios, el médico vendó el muslo derecho de Goñi, que continuó jugando sin ningún tipo de problema. Corría normalmente para realizar el saque e incluso lanzó alguna patada con la pierna dañada. La resonancia magnética a la que fue sometido días después desveló que la musculatura del navarro estaba perfectamente. Este detalle no ha pasado inadvertido para los gestores de Aspe, cuya paciencia se está agotando y son de la opinión de que Goñi será programado nuevamente cuando demuestre que está en condiciones.
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