JUAN ÁNGEL MONREAL / Diario de Noticias
Abel Barriola peloteaba ayer junto al rebote del frontón Labrit a la espera de que Iñaki Esáin terminara de elegir. El burladés se tomó su tiempo. Miró una pelota, otra y la de más allá. Probó las diez que había escogido Juan Mari Juaristi, examinó su vuelo, la velocidad que adquirían. Para cuando quiso darse cuenta, llevaba más de 20 minutos y había puesto nervioso a Barriola, que temía que estuviera desgastando el lote, quitándole brillo para no verse arrollado en el partido. Así que Barriola se acercó hasta allá y le dijo que ya valía, que era su turno y que le tocaba elegir a él.
El leitzarra acudió al Labrit solo, sin botillero, pero se toma el partido muy en serio. Tanto que no iba a consentir que le desgastaran los dos cueros que pondrá en juego mañana por la tarde. Quería pelotas vivas, con las que poder dominar, y las encontró. Ahora sólo le falta saltar a la cancha y demostrar que ha recuperado el buen juego perdido. "Eso es lo que quiero, pero hasta que sales al frontón no sabes cómo vas a responder. Frente a Koka las sensaciones fueron buenas, pero hay que ir día a día".
La derecha. La clave del juego de Barriola y de tantos pelotaris está en una mano que en los dos últimos años le ha dado algunos problemas. Ahora le responde y, aunque terminó algo picada en Oiartzun frente a Koka, parece completamente recuperada. De los problemas anteriores, Barriola prefiere casi no citarlos. Ahora, la pelota le sale con rapidez de la mano y eso es lo que cuenta. "Cuando las cosas no van bien no suele deberse sólo a una c ircunstancia. Es un cúmulo de circunstancias. No te ves bien en los entrenamientos, así que sales a la cancha quizá más nervioso y no le das a la pelota como debes, por lo que la mano sufre más. Cuando estás bien, en cambio, la dinámica es la contraria. Haces las cosas sin darte cuenta, sin pensarlo".
las mejores vacaciones Barriola parece haber entrado de nuevo en esa dinámica positiva, de juego sencillo y victorias amplias. En San Fermín tocó fondo. El 7 de julio se lesionó, se hizo una fisura en el dedo y tuvo que parar. Estaba jugando fatal, sin alegría, sin golpe en la derecha y encadenando una derrota tras otra. En mayo no ganó ninguno de sus cinco encuentros, pero nunca pensó en lo que habría hecho cualquier otro trabajador: parar, descansar y cargar las pilas. El día de la semifinal entre Xala y Olaizola II Barriola asistía al encuentro con una envidia sana clavada en la mirada. "No me pienso ir de vacaciones hasta que esté jugando de maravilla", dijo.
Pero ocurrió justo lo contrario. Fue cambiar de aires, cruzar el charco y volver de Venezuela como nuevo. "En los primeros entrenamientos vi que estaba bien, que le daba a la pelota, que gozaba. Y empecé a ganar encuentros". Así fue. En agosto, venció seis de nueve y ahora suma ya tres triunfos consecutivos que le permiten soñar con un cruce en cuartos de final frente a Titín, un rival de campanillas.
Para eso deberá derrotar antes a Esáin y confirmar que ha enterrado un año muy difícil. No ha sido el peor, porque hace siete años, cuando los problemas de manos no le dejaban debutar, pensó incluso en dejar la pelota, pero sí uno bastante complicado. "Cuando las cosas no te salen, se pasa muy mal. Y no sólo porque este es mi trabajo, sino porque además es lo que me gusta. Y por eso resulta duro cuando ves que no estás rindiendo como quieres".
Hace 12 meses, cuando cayó derrotado frente a Miguel Capellán después de ir ganando por 20-14, se acentuaron unos problemas que habían comenzado un tiempo antes, precisamente frente a Iñaki Esáin, ante quien perdió la final del Cuatro y Medio navarro en 2003. Después llegó un verano irregular, su derrota ante el riojano, con quien formó pareja en el campeonato y el 22-4 que le endosó Patxi Eugui en el Manomanista. "No estaba bien, pero no sé exactamente por qué. Yo trataba de hacerlo lo mejor posible, pero lo cierto es que había perdido la confianza. Y cuando estás así, ocurre que tratas de recuperarla toda en un partido, así que te metes tal presión que acabas perdiendo. Y vuelta a empezar".
la clave es el trabajo Los éxitos de 2001 y 2002, sus victorias en el Cuatro y Medio y en el Manomanista, no parecieron cambiar en exceso en Barriola. Quizá si influyeron en los demás, y empezaron a oírse los comentarios habituales hacia todo campeón cuyo rendimientos baja un tanto. Unos eran hechos con buena intención y otros no tanto "Es normal y hay que abstraerse. La mayoría de la gente te lo dice en buen plan, pero siempre hay comentarios relacionados con tu mal juego que duelen".
Barriola sin embargo dice que no se olvidó de lo fundamental, del trabajo diario, de los entrenamientos. " Nunca bajé el pistón, nunca. No entrenarse es de tontos". Ni siquiera se olvidó del trabajo en vacaciones. En el equipaje que cargó a Venezuela, no faltaba una pelota para hacer manos.
Iñaki Esáin vuelve a disfrutar
Iñaki Esáin no será un adversario sencillo para Abel Barriola, y éste lo sabe: "Va a ser un encuentro muy difícil, porque Iñaki es un pelotari que da lo mejor de sí en el cuatro y medio. Creo que es la distancia en la que más juega". El burladés llega con menos ruido a este partido, después de dejar en dos a Xabier Galarza en Muskiz. "No se pueden sacar muchas conclusiones de ese encuentro. Él se estropeó la mano y se puso muy nervioso en su primer campeonato", comentaba ayer Esáin. El burladés está feliz porque ha superado también un año de numerosos problemas físicos. "Estoy volviendo a disfrutar en los entrenamientos y en los partidos. Llevo unas semanas en las que no me molesta nada y no me lo creo. Casi ni me acordaba de lo que era esto". Esáin, que estuvo acompañado en la elección por Unai Olagüe y Jon Razkin, escogió dos pelotas de 105,5 y 105 gramos. Barriola escogió un lote con algo más de peso de 105,6 y 105,2 gramos. "De las de él, una me ha parecido bastante viva, pero la otra es preciosa", explicaba Esáin, que mañana tendrá a Mariezkurrena como botillero sentado en la silla.